​Me llamo Joel Chaou Latorre, aunque eso da un poco igual porque luego nadie sabe ponerlo bien.

Nací en Las Cuevas de Utiel, una aldea en el quinto pino entre Cuenca y Valencia. Nuestro mayor hito es poseer las cholas más grandes de la comarca, pero eso es por darle mucho al coco.

Soy muy sociable y disfruto conociendo gente, especialmente si se trata de abordar un nuevo proyecto profesional. Me gusta sentirme arropado por los demás, y siempre vuelvo con grandes amistades a dondequiera que vaya. Nunca se sabe, igual tú eres uno de ellos y estás pensando en ofrecerme un curro. No te cortes, ¡me encanta cenar caliente!

Siempre estoy enredando con programas para desenvolverme en otras disciplinas, incluso en aquellas más artísticas. Me gusta tocar la flauta travesera, la guitarra y el piano. Otra cosa ya es que suenen, pero bueno. Ahora toca eso de "reinventarse o morir", así que donde aún se pueda destacar por encima de una inteligencia artificial, ahí estaré yo. Y si ha llegado antes, pues no sé, siempre me puedo encargar de hacer los cafés y de imprimir fotocopias a doble cara.

También me considero una persona afectiva y atenta, porque los chicos tenemos sentimientos y tal. No me va mucho lo de guiarme por dogmas místicos, pero si traes una buena historia sobre por qué ser ascendente en escorpio puede producir cálculo renal a largo plazo, créeme que te prestaré atención con estos dos pabellones olímpicos que tengo por orejas.

Ah, y me encanta trabajar de noche. Mi animal espiritual es un búho, más concretamente un búho que se echa también sus ricas siestas.


Esta es mi carta de presentación, pero si te ha quedado alguna duda, llámame. O mándame un correo, que no da tanto lache.